Reales Órdenes

1725-1899

Serie

La Real Audiencia de Aragón mantenía relación constante con los órganos centrales de la Monarquía. El primero, el mismo rey, como detentador del poder absoluto y, tras él, los órganos de gobierno y justicia. Entre éstos se encunetran los consejos que perviven hasta 1834, especialmente el Consejo de Castilla, pero también los especializados como el de Guerra, Estado, Indias o el de Órdenes Militares. Los distintos consejos entendían en última instancia los asuntos judiciales recurridos desde las distintas audiencias. Dentro de los consejos, el de Cámara se encargaba, entre otras, de la función de determinar o aprobar los nombramientos de los distintos oficiales de la Monarquía. Entre ellos se incluían los relacionados con la misma administración del Estado como de los oficios municipales. Desde los corregidores y los intendentes a los regidores de cada ayuntamiento, todos pasaban por el Consejo de Cámara y todo lo relacionado con nombramientos, renuncias, sustituciones, sueldos y otras prerrogativas pasaban por el Consejo de Cámara para, después, ser comunicado a la Audiencia. Junto a los consejos convivían también otros órganos ejecutivos creados en el siglo XVIII, las secretarías de estado y de despacho, órganos que establecían las políticas generales del Reino y que darán origen, ya en el siglo XIX, a los actuales ministerios. Tras la transformación de la Audiencia de Aragón en Audiencia Territorial, el Ministerio de Gracia y Justicia sustituirá a los antiguos consejos y secretarías y secretarías de estado. De todos estos organismos emanaban las reales órdenes y otros documentos dispositivos que, una vez comunicados a la Audiencia, ésta se encargaba de su ejecución o comunicación.

Conservada en la sede de la Real Audiencia de Aragón, transformada en 1834 en Audiencia Territorial de Zaragoza, hasta su transferencia al Archivo Histórico Provincial de Zaragoza

Transferencia

Se trata de expedientes generados a partir de un documento dispositivo emanado desde la Corte (real orden, auto, pragmática, cédula, etc.). Son expedientes sencillos porque el trámite se reduce casi siempre a la recepción del documento y la comunicación a quien corresponda. Esta puede ser una notificación a los interesados cuando se trata de nombramientos, renuncias o peticiones de particulares y oficiales de la Administración. También es frecuente que haya traslados a los justicias del Reino (coregidores, alcaldes mayores, alcaldes, etc.), así como al Real Acuerdo, máximo órgano colegiado del Reino en el que participan ministros de la Audiencia (equivalentes a los actuales magistrados), con su Regente al frente, junto con el Capitán General. En cuanto a los asuntos que trata, hay que diferenciar dos grupos. El primero, disposiciones generales que afectan a todo el Reino y que utilizan la Audiencia para su comunicación y cumplimiento general. En este grupo se encuentra gran parte de la normativa general de los gobiernos ilustrados. El segundo grupo trata de disposiciones particulares, generalmente originadas a instancia de parte desde vecinos y corporaciones del Reino. Es el grupo más numeroso y en él se incluyen, entre otros: - Solicitudes, nombramientos y renuncias de oficios de la misma Audiencia y del resto de juzgados y tribunales. - Solicitudes de nombramientos y renuncias de oficios municipales, los más abundantes los de regidores. - Aprobación de ordenanzas y resolución de litigios de gremios, colegios y otras corporaciones profesionales.

Se ha respetado el orden cronológico original. A pesar de convivir varias tipologías, se han mantenido también en una única serie.

Libre

Español. Letra de los siglos XVIII y XIX. Las disposiciones generales están a menudo impresas

Inventario, índice geográfico, índice de materias

En el mismo fondo de la Audiencia, hay información complementaria en la serie de Real Acuerdo porque muchas de las órdenes que venían de la Corte respondían a decisiones tomadas por el Real Acuerdo o se estudiaban en ese órgano después de recibirse en la Audiencia. Esta relación se ve en los mismos expedientes. En muchos de ellos el escribano anotaba en la misma portadilla "Real Acuerdo" o una expresión equivalente cuando el asunto pasaba desde ese órgano colegiado o se remitía a él. También, en la serie denominada Regencia (1802-1857), integrada por documentos emanados del Regente, hay una subserie dedicada a las Reales Órdenes cumplimentadas. Por otra parte, la documentación relacionada con los órganos centrales de la monarquía durante el siglo XVIII, como los Consejos y las Secretarías de Estado y de Despacho, se conserva en el Archivo Histórico Nacional de Madrid, la mayor parte en las secciones de Consejos Suprimidos, Estado y Órdenes Militares. En ellas habrá expedientes complementarios a los de las reales órdenes de la Audiencia de Aragón