Detalle de registro
Cuadro de clasificación
1. Área de identificación
1.2. Título
1.3. Fecha(s)
1.4. Nivel
1.5 Volumen y soporte de la unidad de descripción
2. Área de contexto
2.1 Nombre del o de los productor(es)
2.2. Historia institucional / Reseña biográfica
Las prisiones provinciales se establecen mediante Real Decreto de 5 de mayo de 1913, teniendo tal consideración las cárceles enclavadas en las capitales de provincia destinadas a prisión preventiva durante la substanciación de los sumarios, al cumplimiento de penas de arresto mayor de individuos que no sean militares, así como de prisión de Audiencia recluyendo a las personas una vez terminado el sumario hasta que eran puestas en libertad, absueltas o condenadas. Estas prisiones, asi mismo se destinarían, siempre que tuvieran capacidad, al cumplimiento de las penas de prisión correccional impuestas por las autoridades correspondientes o por un Consejo de Guerra de la misma provincia.
Atendiendo a sus condiciones y número de reclusos que albergaban, las prisiones provinciales se distribuyeron en diferentes categorías, quedando incluida la prisión provincial de Huesca en la de tercera categoría, es decir que en sus muros podían cumplir condenada 150 penados.
La primera sede de la Prisión Provincial fue la de la cárcel de Partido a la que sustituyo con el RD de 1913. Enclavada en la plaza de San Victorián (actualmente Concepción Arenal) ocupaba el antiguo edificio del convento de Carmelitas Descalzos que, tras incorporarse al Estado en la desamortización de Mendizábal, fue adaptado para uso penitenciario entre 1861 y 1864 a partir de un proyecto de José Secall
En el año 1926 se reconoce que la prisión provincial de Huesca reune las condiciones para el cumplimiento de las pena de prisión correccional que no excedan de dos años de duración.
En el año 1943 se aprueba la construcción de una nueva prisión provincial en Huesca. Las obras comenzarán ese mismo año y fueron llevadas a cabo por los propios penados, bajo la dirección de los arquitectos de la Dirección General de Prisiones Manuel Sainz de Vicuña y Luis de la Peña. El edificio constará de tres plantas en las que se distribuían: el pabellón de la administración, el cuerpo de guardia, el pabellón de las religiosas y las viviendas de los funcionarios. Tendrá una capacidad para 231 reclusos (21 mujeres y 210 hombres). La finalización de la obra se demoró en el tiempo, no pudiéndose inaugurar hasta el año 1955.
También tiene la documentación de las antiguas prisiones de partido de la provincia y de aquellas provisionales que se fueron creando durante la guerra civil y primeros años del franquismo. Además de la prisión de Huesca, hay expedientes de las prisiones de partido de Barbastro, Benabarre y Jaca, Además hay más de 250 expedientes procedentes de la Prisión celular de Lérida y, en menor número, de otros lugares de España.
Paralelamente a la creación y mantenimiento de las cárceles, el régimen franquista creó y mantuvo hasta 180 campos de concentración y de trabajo que, con diversos nombres (colonias penitenciarias, destacamentos penales), se nutrían de población reclusa para hacer trabajos en obras públicas. Dirigidos desde el Servicio de Colonias Penitenciarias Militarizadas, estuvieron vigentes entre 1936 y 1947. En el caso de la provincia de Huesca se conservan expedientes de presos de los destacamentos penales de Barasona, Bisaurri, Castejón de Monegros, Escalona, Fraga, Huesca, Lascuarre-Vilaller, Mediano, Noales y Sabiñánigo.
También recalaron en prisiones de la provincia presos procedentes de otras colonias penitenciarias Militarizadas o descatamentos penales del resto de España (Dos Hermanas, Castillejo, Toledo, Montijo, Utrillas)
En la década de 1970, la prisión provincial de Huesca será clasificado como un ¿establecimiento especial¿ por lo que debería prevalecer su carácter asistencial. Su especialidad será la de un centro psiquiátrico para el tratamiento psicópatas. En el año 1983 un informe de la Asociación Pro Derechos Humanos, que realizó una visita a la prisión, tras las denuncias recibidas de sus internos, puso de manifiesto las deficiencias que sufrían sus 103 reclusos. A partir de esa fecha la Dirección General de Instituciones Penitenciarias decidió que la cárcel de Huesca no continuase con el tratamiento de presos psicópatas.
La Prisión Provincial de Huesca funcionará hasta el año 2001. Mediante orden de 1 de junio de 2001 se crea en el término municipal de Zuera un nuevo establecimiento, con la denominación de ́Centro Penitenciario de Zaragoza que asumirá las la actividad, prestaciones y servicios de los antiguos establecimientos de Huesca y Zaragoza.