C.I.R.
La intención del artista
No deja de ser capricho que Francisco de Goya y Lucientes (1746-1828) pusiera por primera vez a la venta su colección de Los Caprichos en la calle Desengaño, Nº 1 de Madrid el 6 de febrero de 1799, como si el nombre de la calle ya encerrara en sí la visión del artista sobre la sociedad de su tiempo.
Goya traslada el tradicional concepto de “Capricho” propio de la pintura de paisajes con prevalencia de lo fantástico y aleatorio al paisaje humano, tal como reza en el Diario de Madrid en el que se anunciaba la venta de las estampas:
“La pintura (como la poesía) escoge en lo universal lo que juzga más a propósito para sus fines: reune en un solo personage fantástico circunstancias y caracteres que la naturaleza presenta repetidos en muchos…”
Capricho Nº 29
La superstición, la inmoralidad, la avaricia, la ignorancia, la vanidad compartidas y visibles entre las dos privilegiadas minorías estamentales de finales del siglo XVIII y la masa que las sustentaba, se suceden en las ochenta estampas de frailes, nobles, brujas y prostitutas que Goya arranca al sueño de la razón.
La técnica
Consideramos como grabado al resultado del trabajo realizado sobre una superficie de metal o madera, llamada plancha, por medio de instrumentos cortantes o punzantes o bien ácidos que atacan la superficie metálica.
El resultado obtenido es la estampa, soporte habitualmente de papel al que se traslada la imagen por medio de la tinta poniendo en contacto la plancha grabada con la hoja sobre la que se ejerce presión por medio de un tórculo o una prensa vertical, así obtenemos la estampa que por extensión también recibe el nombre de grabado confundiéndose el proceso con el resultado.
Goya lleva a cabo Los Caprichos trabajando las planchas con aguafuerte que posteriormente entinta con aguatinta y por último perfecciona con retoques en seco con punta seca y buril.
El hombre en su tiempo
“Ten la valentía de utilizar tu propia inteligencia”, rezaba el lema de los ilustrados.
A lo largo de todo el siglo XVIII tendrá lugar el desarrollo del movimiento Ilustrado y su confianza en la razón humana y el uso crítico de la misma con el objeto de liberarse de los dogmas metafísicos, las supersticiones religiosas, las relaciones deshumanizadas de los hombres y las tiranías políticas
Que nuestro artista participó del pensamiento ilustrado, y su seña de identidad, el ataque a la superstición y las religiones positivas a menudo desde la sátira, queda patente en Los Caprichos, basta observar estampas como: nº 4 El de la rollona, nº 52 ¡Lo que puede un sastre!, nº24 No hubo remedio, nº 42 Tú que no puedes, nº 12 A la caza de dientes, nº 43 El sueño de la razón produce monstruos…
Capricho Nº 43
Sobre esta última estampa, El sueño de la razón produce monstruos, y la ambigüedad de su significado. Tras el análisis de los manuscritos de la época. Manuscrito de Ayala: “La fantasía abandonada a la razón produce monstruos y unida con ella es la madre de las artes”; en el Museo Nacional del Prado se señala: “La fantasía abandonada de la razón produce monstruos imposibles: unida con ella es madre de las artes y origen de las maravillas”; en tanto que en la Biblioteca Nacional se lee: “cuando los hombres no oyen el grito de la razón, todo se vuelve visiones”. Puede concluirse que posee un doble significado.
El artista alude a la importancia de la razón sin ella el hombre está expuesto a toda clase de sentimientos irracionales que desembocan en la ignorancia. Es la luz de la razón la que libera al hombre, sin embargo, los manuscritos remiten a un segundo significado en el que el sueño lo despoja del mundo interior que controla la razón, convirtiéndose aquel en una fuente de creatividad. Es posible que Goya hubiese vertido en esta estampa su condición de artista en el que confluyen su mentalidad ilustrada con el sentimiento prerromántico. Cuestión que nos lleva a la ruptura que supondrían Los Caprichos en lo estético, anticipando la sensibilidad moderna hacia un arte caracterizado por la subjetividad y la libertad creativa alejada de los cánones del neoclasicismo.
Conclusión
Libre del compromiso al que pudieran obligar las obras de encargo, Francisco de Goya se distancia del arte normativo tanto en la técnica como en la forma. Sobre la primera el uso de distintos procesos de huecograbado le permite obtener mayor riqueza de texturas y matices, las planchas facilitan la creación de una obra seriada que puede llegar a un público más numeroso en una obra de carácter crítico, se aleja en lo formal del canon objetivo de belleza propia del clasicismo acercándose a la temperamental cualidad creativa que será propia del romanticismo.
Desapacible como el cierzo Goya nos deja el reflejo de su época en el 278 aniversario de su nacimiento en las 80 estampas facsimilares de Los Caprichos expuestas en el Archivo Histórico Provincial de Teruel hasta el próximo 16 de septiembre de 8:00 h a 14:30 h.
Antiseri, Darío; Reale Giovani. Historia del Pensamiento Filosófico y científico. Herder. 2016
Caprichos – Real Academia de Bellas Artes de San Fernando (realacademiabellasartessanfernando.com)
Catálogo – Fundación Goya en Aragón (fundaciongoyaenaragon.es)
Diario de Madrid, Nº 37, 6 de febrero. Biblioteca Nacional de España
Martín González, JJ. Historia del Arte. Gredos. 1989
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