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NO ME GUSTARÍA ESTAR EN TU CAMISA

por | Sep 2, 2025 | Uncategorized | 0 Comentarios

Archivo Histórico Provincial de Teruel/ C.I.R

De la expresión popular a su significado profundo. Ya en la Edad Media, de la que somos herederos culturales, la camisa como ropa interior sobre el cuerpo simbolizaba integridad e inocencia. El color blanco de la camisa marcó la distinción social. El blanco es luz.  La intervención ante un tribunal de justicia por respeto y la solemnidad del acto requería camisa blanca para abogados y procuradores.

La elección del color de la camisa para hacer historia no es inocente ni aleatorio. En ocasiones puede parecer un caso de necesidad como en el de los patriotas italianos que siguieron a Giussepe Garibaldi durante la unificación italiana en el siglo XIX como forma de identificarse, al parecer, no podían permitirse un uniforme completo. En el caso de los supremacistas sureños en el mismo siglo fue un símbolo de resistencia que aludía también al color de la sangre, en esta estela el nombre de las camisas rojas se extiende a los voluntarios de otras campañas revolucionarias. El negro, ausencia total de color, fue el elegido por los fascistas italianos en su marcha hacia Roma para tomar el poder por la fuerza en 1922. Los nazis, en su desvarío para legitimar la supremacía aria, adoptaron el pardo por sus vínculos simbólicos con la tierra.

Jorge Llorente Rabanaque (1918-1941), sargento de Infantería, natural de Albalate del Arzobispo (Teruel), vistió camisa azul mahón, color emparentado con la sufrida ropa de trabajo usada por los obreros y que dio nombre a toda una División militar, la “División Azul”, organizada oficialmente en Madrid el 25 de junio de 1941 como “División Española de Voluntarios”, 17.500 reclutas entre 20 y 28 años, en relevos sucesivos un total de 45.242 hombres, integrados en el XVI Ejército Alemán, Agrupación Von Roques, hasta el 12 de noviembre de 1941 en que pasó al XXVIII Cuerpo del Ejército. Si bien la camisa azul de la Falange bajo el uniforme del ejército podría hacer pensar que un gran número de voluntarios provenían de esta organización lo cierto es que la 250 División estuvo también formada por militares y civiles a veces voluntarios y otras en que no lo fueron tanto, de procedencias tan diversas como lo fueron sus motivaciones.

El Sargento Rabanaque recibió instrucción en el complejo militar de Grafenwöhr (Baviera). Recibió un uniforme alemán que para distinguir del resto de los voluntarios extranjeros de la Wehrmacht llevaba una pegatina con la bandera de España en el lateral del casco y un escudo de tela con los colores de la bandera sobre la manga derecha de la guerrera y capote. El 8 de julio de 1941 comunicó a su familia que esperaba para salir al frente, situado en el sector de la simbólica ciudad de Nóvgorod que englobaba también la ribera noroccidental del lago Ilmen y el curso del río Vóljov, donde los divisionarios llegarían en septiembre después de marchas de 40 y 50 Km. Experimentaron el invierno más frío del siglo, hasta 42 grados bajo cero que pudieron suponer la amputación de los dos pies al novio de una hermana de nuestro Sargento, según consta en la carta enviada por éste a su familia el 15 de diciembre de 1941.

El golpe fue especialmente duro para los divisionarios en el cerco de Leningrado, batalla de Krasny Bor, el coste en vidas para los españoles fue alto más de 3.000 caídos y más de 1.500 heridos, si sumamos la derrota sufrida por Alemania en Stalingrado a comienzos de 1943, el compromiso de un país que se había declarado neutral en la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), estaba llegando a su fin. Los resortes de la no tan clara victoria alemana y la presión de los aliados sobre España decidieron la disolución de la 250 División de Voluntarios el 7 de octubre de 1943.

 Las bajas totales supusieron la mitad de los divisionarios. En las líneas escritas por el joven Jorge Lorente entreleemos la dureza de la guerra, y tal vez solo se pueda entender su ánimo desde los “ideales de juventud” los muertos no regresan, sí lo hizo su teniente José Martín, herido y mutilado según correspondencia del 20 de enero de 1941, los heridos y enfermos recuperables y recuperados vuelven al frente y a veces se quedan en él, en abril de 1942 el Sargento Rabanaque cayó enfermo, según comunica a su familia algo sin importancia, volvió al frente.

Tras la desaparición de la División Azul, alrededor de unos 2300 permanecieron en la URSS, en noviembre del mismo año se creó la Legión Española de Voluntarios en la segunda quincena de diciembre de 1943.

En relación con las dimensiones del conflicto germano-soviético en el marco de la Segunda Guerra Mundial y el frente más mortífero del conflicto, la aportación de la 250 División fue pequeña sin que no destaquen las actuaciones heroicas de los divisionarios y dejando de lado ideologías, proporcionó calidad humana entre la población civil de las zonas ocupadas frente a la brutalidad con la que actuaban las unidades de la SS y los grupos antiguerrilleros alemanes.

El fondo documental “Jorge Llorente Rabanaque” que presentamos y del que este Archivo dispone a través de una donación particular desde julio del presente año, constituido por la correspondencia personal del soldado Rabanaque, nos deja ver lo que había o puede haber bajo una camisa, cualquiera que sea su color. Aquí un joven de 24 años, un hijo, un hermano, un novio.

https://dara.aragon.es/opac/app/results/?q=Jorge+Llorente+Rabanaque&ob=re:1

https://www.lagavillaverde.org/Paginas/Jornadas/IV_Jornadas/Paginas/divisionazul.html

https://patrimoniocultural.defensa.gob.es/es/node/19

https://eldebatedehoy.eldebate.com/noticia/historia/29/04/2021/batalla-del-voljov/

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