LAS PRIORAS DE SIGENA:

SANCHA DE ABIEGO (1188-1192)

Fue la primera priora del monasterio de Sigena tras el nombramiento directo de su fundadora, la reina Sancha. Félix Latassa, erudito aragonés del siglo XVIII, nos cuenta cómo fue este nombramiento al tiempo que se hacía entrega de la Regla que dirigiría la vida de la nueva comunidad:

«La mencionada regla, unida a la de San Agustín, se publicó en la institución del referido monasterio a 23 de abril de 1188, en su Coro a presencia de los mismisimos Reyes don Alonso, y doña Sancha, leyendo su exemplar el secretario Juan de Ripoll a las señoras que habían de vestir el hábito para que supiesen sus obligaciones, y al fin les hizo la Reyna un cuerdo razonamiento relatibo a este objeto, y la misma hizo la ceremonia de dar el habito, y recibir la prefesión de doña Sancha de Abiego, a quien había nombrado priora, y esta admitió a las demás señoras que debían formar esta ilustre comunidad.»

Mariano de Pano y Ricardo del Arco dan cuenta de las dueñas de esta comunidad primitiva, formada únicamente por damas cercanas a la reina: Arnalda de Cruillas, Teresa Gombal de Entenza (enfermera), Ozenda de Lizana, Beatriz de Cabrera, Sancha de Urrea (subpriora), Urraca de Lisa (clavera), Juana Catalaña, Beatriz de Castillezuelo, Oria de Valtierra (sacristana), Afectriza de Moncada (cantora), Echa de Sotarás y Sancha de Abiego.

Mientras la reina Sancha vivió, el cargo de priora fue algo meramente honorífico puesto que en la mayoría de diplomas la reina figuraba siempre por delante de las religiosas sigenenses. Incluso se conservan contratos y documentos relativos al monasterio en los que únicamente aparece la reina, por lo que parece que mientras vivió tomaba decisiones sobre Sigena al margen de las jerarquías de la comunidad.

Durante el priorado de Sancha de Abiego la infanta Dulce, hija de los reyes de Aragón y benefactores del monasterio, entró a formar parte de la comunidad de religiosas. Desafortunadamente, un año después (1189) la priora escribía una carta a la reina Sancha informándole del fallecimiento de su hija debido a una enfermedad.

En 1192 renunció a su puesto de priora, que pasó a ser ocupado por Beatriz de Cabrera.

BIBLIOGRAFÍA

 

  • Latassa y Ortín, Félix, Bibliotheca antigua de los escritores aragoneses que florecieron desde la llegada de Christo, hasta el año 1500, Zaragoza, 1796.
  • Lutrell, Anthony y Nicholson, Helen (eds.), Hospitaller women in the Middle Ages, Londres, Ashgate, 2006.
  • Utrilla Utrilla, Juan F. , «El Real Monasterio de Sijena en la Edad Media», en José Ángel Sesma Muñoz (coord.), Real Monasterio de Santa María de Sijena, CAI, Zaragoza, 2004, pp. 43-82.
  • Varón, Marco Antonio, Historia del real monasterio de Sixena, Pamplona, 1773.