Historia del Monasterio

A principios de la década de 1180, la reina Sancha de Castilla (1154-1208), esposa de Alfonso II de Aragón, impulsó la creación de un monasterio femenino que acogiera a religiosas pertenecientes a la nobleza y la realeza aragonesa en la encomienda que la orden de San Juan del Hospital tenía en la zona oscense de los Monegros. Tras obtener el permiso de los dirigentes de la orden, el 21 de abril de 1188, el cenobio, edificado a orillas del rio Alcanadre en el cruce de caminos entre Lérida, Barbastro, Huesca y Zaragoza, fue consagrado por el obispo Ricardo de Huesca (1187-1201). La primera comunidad, integrada por una docena de religiosas pertenecientes a importantes linajes de la nobleza aragonesa, se puso bajo el gobierno de unas prioras que ejercieron su cargo con importante autonomía pese a estar subordinadas a la Castellanía de Amposta, cabeza de la orden en el reino de Aragón. Desde entonces, dio comienzo una larga historia monástica que llegó hasta pleno siglo XX.

Las dificultades de la comunidad se agudizaron en el siglo XIX, con la disolución de su señorío y la pérdida de rentas. En 1840 las monjas tuvieron que abandonar el cenobio por el proceso desamortizador. No pudieron regresar hasta 1847.  Durante la última guerra civil (1936), el monasterio fue nuevamente abandonado y destruido por milicianos anarquistas aunque la comunidad sanjuanista pudo volver en 1947 y no lo abandonó definitivamente hasta 1974.

EDAD MEDIA. SS. XII-XIV

La creación de este monasterio se debe a la reina Sancha de Castilla (1154-1208), desposada con el monarca aragonés Alfonso II.

DEL SIGLO XV A LA GUERRA CIVIL

Perdido el apoyo de la realeza aragonesa a principios del siglo XV, Sigena empezó un lento declive. No obstante, ya fuera por tradición o por prestigio, las familias de la nobleza aragonesa continuaron enviando allí a sus hijas, lo que queda registrado en los diversos expedientes de limpieza de sangre y nobleza de las aspirantes a religiosas que se siguieron exigiendo hasta bien entrado el siglo XIX.

JCG1158_Carlos Gil

DE LA GUERRA CIVIL HASTA HOY

El 28 de marzo de 1923 el conjunto sigjenense había sido declarado Monumento Nacional, lo que no evitaría su destrucción pocos años después. Esto ocurrió apenas un mes iniciada la Guerra Civil, cuando una columna de milicianos anarquistas que se dirigían al frente de Huesca incendiaron el monasterio.