LAS PRIORAS DE SIGENA:

Hija de Jaime II y de Blanca de Anjou, fue consagrada a la vida monástica desde niña y, a los cinco años, fue trasladada al monasterio de Sigena. Allí, recibió su educación durante el priorado de Teresa Jiménez de Urrea y, al fallecer ésta en 1321, le sucedió al frente del monasterio sigenense cuando contaba con 19 años. Esta posición privilegiada permitió a Jaime II ejercer un control más directo sobre el monasterio, que se observa en la documentación conservada, en la aprobación de sus ordenanzas e incluso en la gestión financiera del patrimonio monástico. 

Su priorato constituyó el periodo de máximo esplendor del monasterio, gracias al apoyo de su padre, Jaime II, pero también por iniciativas como la mejora en la construcción de infraestructuras o la belleza de obras como la silla prioral, de importante valor artístico, ritual y, por supuesto, político, en tanto que constituía una representación del honor y la autoridad de la priora. 

En 1336, Blanca acudió a la coronación de su sobrino, el rey Pedro IV, celebrada en Zaragoza. Volvió al monasterio pero terminó renunciando al priorato en 1345 y partió a Barcelona, donde falleció en 1348.

BIBLIOGRAFÍA

• Bondía Suñé, Elisa, «La silla prioral de la infanta Dª Blanca de Aragón, priora del Real Monasterio de Santa María de Sigena«, exposición virtual Paisajes de espiritualidad religiosa. Espacios y prácticas, s. XII-XVI, 2017.
• Costa, Mª Carmen, Aportación al estudio del monasterio de Sigena. El priorato de Blanca de Aragón y Anjou: 1931-1348, Tesis de Licenciatura, 1973.