El aragonés es la lengua romance que surgió como resultado de la evolución del latín vulgar en la vertiente meridional del Pirineo central. Sus rasgos lingüísticos la sitúan a medio camino entre el catalán y el castellano. En la Edad Media se habló en la mayor parte de Aragón, pero su declive posterior la ha relegado a algunos valles y pueblos del tercio septentrional.
Desde 1270, aproximadamente, el aragonés reemplazó al latín en buena parte de los documentos notariales y privados. La mayor parte de las instituciones del reino utilizaban esa lengua, y también lo hacía la Real Cancillería de la Corona de Aragón cuando expedía documentos destinados a los súbditos aragoneses. Se dejó de utilizar en la escritura hacia 1500, y su lugar fue ocupado por el castellano.
Es, con mucha diferencia, la lengua vernácula más habitual en la documentación medieval de Aragón.
Documentos medievales en aragonés en DARA