Ramiro, hijo menor de Sancho Ramírez, abandonó los hábitos religiosos tras la muerte de su hermano Alfonso, y se hizo con el trono gracias al apoyo de todos aquellos que querían impedir que se cumpliese el testamento del Batallador a favor de las órdenes militares.
En este contexto de crisis interna, el rey de Castilla se apoderó de Zaragoza, Navarra se independizó y los andalusíes recuperaron parte de las tierras perdidas. Para dar continuidad al linaje y hacer frente a las dificultades, ‘el Monje’ engendró a una niña llamada Petronila y concertó su matrimonio con Ramón Berenguer IV, conde de Barcelona, en cuyas manos dejó el gobierno del reino en 1137.
Después de aquello, Ramiro ingresó como monje en San Pedro el Viejo de Huesca, aunque siguió llamándose rey hasta su muerte, el 16 de agosto de 1157. Fue enterrado en el mismo monasterio, en un sarcófago romano.
Documentos de Ramiro II en DARA