El infante Martín se encontraba en Sicilia sofocando una rebelión cuando tuvo noticia de que su hermano había muerto y la corona recaía en él, extremo que se confirmó gracias al reconocimiento de las Cortes de Aragón.
El nuevo monarca se apoyó en las oligarquías burguesas de las ciudades como contrapeso a la influencia de la nobleza, que además estaba envuelta en múltiples guerras de bandos que alteraban el orden interno del reino. Como recuerda su sobrenombre, Martín favoreció las artes y la literatura.
Al fallecer prematuramente tanto su mujer como su único hijo legítimo varón, se iniciaron las intrigas sucesorias entre los parientes. Poco antes de fallecer, el 31 de mayo de 1410, declaró que su sucesor debía ser aquel a quien correspondiese por justicia, dando paso al Interregno. Fue enterrado en Poblet.
Documentos de Martín I en DARA