Pedro II avanzó en la construcción de un Estado fuerte, que incluía un sistema fiscal, agentes reales distribuidos por todo el territorio y un estrecho control de la aristocracia.
En el exterior, Pedro II colaboró con Castilla para detener el avance de los almohades, y contribuyó a su derrota en la batalla de las Navas de Tolosa de 1212. Además, gracias a la red de alianzas feudales, incorporó a su dominio una extensa región al norte del Pirineo.
El enfrentamiento entre las coronas de Aragón y Francia por esa área obligó a Pedro II a atravesar la cordillera con un ejército, que fue destrozado en la batalla de Muret, cerca de Toulouse, el 12 de septiembre de 1213, en cuyo transcurso pereció el propio rey. Su cuerpo se depositó en el monasterio de Sigena junto al de su madre, Sancha de Castilla.
Documentos de Pedro II en DARA