La iglesia de San Vicente, en Roda de Isábena, fue sede episcopal hasta que los obispos se trasladaron a Lérida en 1149. Tras ese hecho, la comunidad de canónigos que vivía en la antigua catedral quedó bajo el gobierno de un prior que disfrutaba de una considerable autonomía.
El señorío eclesiástico incluía poblaciones como Tierrantona, Fonz, Esplús o la propia Roda, que convertían al priorato en una de las instituciones más poderosas del Pirineo aragonés. Envió regularmente representación a las Cortes de Aragón.
Su documentación se conserva entre el Archivo Parroquial de Roda de Isábena, el Ayuntamiento de Isábena y, sobre todo, el Archivo Capitular de Lérida.
Documentos medievales del priorato de Roda en DARA