Sádaba fue ganada al Islam a finales del siglo XI, y osciló entre Navarra y Aragón hasta que Jaime I la incorporó definitivamente a sus dominios en 1261. Tras ser vendida por Pedro IV a un señor feudal, la villa fue recomprada por los propios vecinos en 1399, gracias a lo cual regresó al realengo. El majestuoso castillo fue escenario de numerosas escaramuzas fronterizas con el reino vecino.
En 1495 contaba con 98 fuegos.
Su documentación se conserva en el Archivo Municipal de Sádaba.
Documentos medievales del concejo de Sádaba en DARA