Daroca fue conquistada por Alfonso el Batallador hacia 1122. Este y sus sucesores concedieron a sus pobladores numerosos privilegios y un fuero propio, y la convirtieron en la cabeza de un extenso distrito, la Comunidad de aldeas de Daroca. Tanto la ciudad como sus aldeas siempre pertenecieron al realengo. Pedro IV le otorgó el título de ciudad por su resistencia frente al rey de Castilla durante la Guerra de los Dos Pedros.
En 1495 contaba con 437 fuegos.
Su documentación se conserva en el Archivo Municipal de Daroca.
Documentos medievales del concejo de Daroca en DARA