Alfonso I el Batallador conquistó esta ciudad en 1118. Desde entonces, asumió progresivamente las funciones de capital de Aragón. En ella, los reyes tomaban su corona y juraban los Fueros, y las instituciones regnícolas tenían su asiento. La monarquía concedió amplias competencias a su concejo, que incluían la capacidad de intervenir en cualquier punto del reino en defensa de sus intereses. Era la ciudad más grande del reino de Aragón y el principal centro comercial del valle del Ebro.
En 1495 contaba con 3 983 fuegos.
Su documentación se conserva en el Archivo Municipal de Zaragoza.
Documentos medievales del concejo de Zaragoza en DARA